F·O·T·Ó·G·R·A·F·O·S

Frederic Ballell (1864–1951)

El nombre y la labor de Frederic Ballell Maymí están ligados de manera indisoluble al nacimiento del fotoperiodismo en Cataluña, por edad y por dedicación, puesto que fue uno de los fotógrafos que mejor aplicó la técnica al seguimiento periodístico. Nació en Guayama, Puerto Rico, en 1864 y llegó a Barcelona con 16 años para estudiar ingeniería industrial.


Alejandro Antonietti (1887–1961)

Tan solo las páginas de la prensa y unas pocas pistas dejan constancia de la existencia del reporter gráfico Antonietti, firma regular en la prensa barcelonesa de las primeras décadas del siglo pasado. Un profesional que, además del fotoperiodismo, hizo imágenes para postales turísticas y regentó una galería-tienda donde se realizaban exposiciones de fotografía y pintura.

Josep Badosa (1893–1937)

Reivindicado por Agustí Centelles como su maestro, este fotoperiodista inquieto, afable y noctámbulo cayó en el olvido a partir de 1939 por dos motivos: la supresión de los medios para los que había trabajado y su muerte prematura en 1937. Inseparable de su moto −con los años con sidecar−, a la que pintaba los nombres de los medios donde publicaba utilizándola así de reclamo publicitario, atento a las últimas novedades técnicas de aparatos y materiales fotográficos, la suya es una de las trayectorias más extensas del fotoperiodismo barcelonés de las tres primeras décadas del siglo XX.

Josep Brangulí (1879–1945)

Más de tres décadas cámara en mano y dirigiendo meticulosamente una de las empresas más sólidas de la fotografía catalana, Josep Brangulí es una figura fundamental para entender los inicios y la evolución de la profesión de repórter gráfico, qué significaba ser corresponsal y cómo hacer que una empresa familiar también funcionase como agencia, para la que sirvieron imágenes la mayoría de profesionales del fotoperiodismo barcelonés. Luchador por los derechos laborales y el reconocimiento de la firma fue también fundador de las primeras asociaciones profesionales.

Antoni Campañà (1906–1989)

Su extensa carrera sitúa a Antoni Campañà como uno de los fotógrafos catalanes más importantes del siglo XX, de reconocido prestigio internacional desde los años 30. Artista pictorialista, retratista, vendedor de cámaras, experto en revelado en una serie de negocios de éxito y fotoperiodista.

Gabriel Casas (1892–1973)

De una pequeña familia burguesa de Barcelona vinculada a la pintura y la fotografía, era bohemio y al mismo tiempo un trabajador incansable, un devoto del silencio, la soledad y la oscuridad de su estudio. Influido por los trabajos de fotógrafos como Moholy-Nagy o Alexander Rodchenko, destacó por el carácter innovador de su estilo y la constante experimentación con el arte del cartel, la fotografía publicitaria y el fotomontaje.

Enric Castellà (0000–0000)

De la vida y milagros de Enric Castellà prácticamente no se sabe nada. Por las difusas pistas que dejó, se puede afirmar que se dedicó al reporterismo gráfico a principios del siglo XX y durante una década, entre 1905 y 1915. Fue uno de los fotoperiodistas más activos en Barcelona, miembro destacado de una prolífica generación de fotógrafos que rompió con la tradición del retrato de estudio para orientarse a la imagen de actualidad.

Agustí Centelles (1909–1985)

La anécdota más famosa de la vida de Agustí Centelles va relacionada con una maleta, la que se llevó en 1939 al Exilio cargada con miles de negativos de los años de la República y la Guerra Civil. Escondida en Francia hasta la muerte del dictador, es a partir de 1978 cuando el contenido llega al gran público. Exposiciones, libros y entrevistas en la prensa lo convierten, no solo hasta su muerte en 1985, sino también actualmente, en el máximo referente de las dos generaciones de fotoperiodistas que trabajaron en Barcelona desde el inicio del siglo hasta el final de la guerra.

Ramon Claret (1887–1965)

Llegó a Barcelona dos semanas después de nacer, donde vivió hasta la muerte en la Rambla de Santa Mónica. El rasgo distintivo de Ramon Claret es la dedicación al fotoperiodismo deportivo, del que es pionero y referente indiscutible. Más de medio siglo de carrera ininterrumpida que comenzó en 1912 con la primera imagen firmada en el magazine Stadium, hasta la última en El Mundo Deportivo en 1961.

Josep Maria Co de Triola (1884–1965)

El deporte fue el eje que marcó toda la actividad vital de Josep M. Co de Triola: porque lo practicó, lo difundió, lo narró y, evidentemente, lo retrató. Amante de los deportes de montaña –especialmente de la espeleología en la que fue pionero− y fascinado por el motor –fue uno de los impulsores de la aviación y el automovilismo−, su figura fue muy popular durante las tres primeras décadas del siglo XX por su vinculación a todo tipo de organizaciones y celebraciones deportivas. En el ámbito de la prensa su firma fue una de las más conocidas en una doble faceta, la de redactor (firmando con su nombre o los pseudónimos Passavolant y Obicuo) y la de reporter gráfico.

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