Ramon Claret
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Llegó a Barcelona dos semanas después de nacer, donde vivió hasta la muerte en la Rambla de Santa Mónica. El rasgo distintivo de Ramon Claret es la dedicación al fotoperiodismo deportivo, del que es pionero y referente indiscutible. Más de medio siglo de carrera ininterrumpida que comenzó en 1912 con la primera imagen firmada en el magazine Stadium, hasta la última en El Mundo Deportivo en 1961. Empezó retratando los deportes que practicaba −natación, remo y vela− y más tarde ya dominaba cualquier acto deportivo.
Según su testimonio se inició en el fotoperiodismo profesional entre 1908 y 1909 sirviendo imágenes a Alessandro Merletti y Josep Brangulí. Tres años después, en septiembre de 1912, encontramos sus primeros pasos como independiente en Stadium y el año siguiente la misma revista ya le calificaba como “el gran especialista” en temas náuticos. El 10 de noviembre de 1913 se fundó el Sindicat de Periodistes Esportius, del que es el afiliado número 14.
La especialización lo llevó también a hacer reportajes para entidades como el Club Natació Barcelona, ganar diversos concursos y ocasionalmente hacer de jurado. Amante del automovilismo, siempre se desplazó en coche y, además de cubrir las pruebas de motor tanto en Catalunya como en el resto de la península, ejerció de fotógrafo publicitario para algunas marcas de automóviles.
Otro ámbito en el que fue precursor es la imagen aérea. En 1920 ya publicó algunas en El Mundo Deportivo y cinco años más tarde editó una colección de postales junto con Josep Gaspar. Entre 1924 y 1927 los dos fotoperiodistas deportivos formaron sociedad firmando Gaspar-Claret y prácticamente monopolizaron las páginas de La Jornada Deportiva y Grafic Sport.
Durante los años republicanos Claret ya es toda una institución del reporterismo gráfico deportivo. El 4 de julio de 1934 sus compañeros de El Mundo Deportivo le organizan una cena-homenaje al que ya entonces era el decano de la redacción.
De su actividad durante la guerra civil existe muy poca información. Desde agosto de 1936 consta como miembro de la Agrupació Professional de Periodistes (APP) en calidad de redactor gráfico de El Mundo Deportivo. En marzo de 1937 el diario se convirtió en semanario y la mayoría de fotografías son del extranjero o retratos sin firmar. A partir del 12 de septiembre la publicación desaparece. Cómo subsistió el fotógrafo es un misterio.
El 31 de diciembre de 1939 El Mundo Deportivo volvía a los quioscos. Dos meses más tarde la firma Claret reaparece a pie de foto. Durante el franquismo también hizo algunas colaboraciones en Marca y Blanco y Negro, Esport, Destino y Vida Deportiva. El año 1961, al jubilarse, los periodistas de la ciudad le organizaron sus bodas de oro profesionales. Cuatro años más tarde moría en Barcelona.
El legado de Ramon Claret está depositado en el Arxiu Nacional de Catalunya en el fondo compartido con quien fue su socio durante un tiempo, Joan Bert Vila, y el hijo de éste, Joan Bert Padreny, también fotoperiodista.