La húngara Katalin Deutsch Blau, conocida como Kati Horna, nació en una familia judía acomodada. De muy joven empezó a simpatizar con movimientos de izquierda, donde conoció a Paul Partos. El activismo político de él provocó que la pareja se fuera de Hungría. En 1929 ya estaban instalados en Berlín, donde entraron en contacto con Bertolt Brecht, el escritor anarquista Erich Mühsam y el periodista Agustin Souchy. Fue entonces cuando empezó a hacer de reportera en la agencia gráfica Dephot.

Poco después de la llegada del partido nazi al poder, la pareja consiguió regresar a Budapest y se casaron. Kati cobró entonces una herencia que le permitió estudiar en la prestigiosa escuela de fotografía de József Pécsi. La experiencia duró unas semanas y emigraron a París. Fueron tiempos de profunda precariedad económica, colaboraciones en la Agence Photo Anglo Continental y supervivencia gracias al dinero que recibían de compañeros.
 
En enero de 1937 Paul Partos (o Polgare) y Kati Deutsch llegaban a para trabajar en  la sección exterior de la Oficina de Información y Propaganda de la CNT-FAI, el responsable de la cual era Souchy, en un contexto de incipiente contrarevolución que desembocaría en los Hechos de Mayo. En abril la oficina creaba la efímera agencia Photo SPA para enviar imágenes al extranjero, sección para la cual la fotógrafa trabajó incansablemente. Aunque desde su llegada vivió en Barcelona, en julio se trasladó a Valencia unos meses, para volver más tarde a la capital catalana.

Horna retrató la retaguardia barcelonesa y también recorrió parte de la España en guerra, el Frente de Aragón para retratar la experiencia del Consejo de Aragón, Xàtiva, Gandia, Silla, Vélez Rubio, Alcázar de San Juan, la estancia de Emma Goldman a Valencia en septiembre, el frente de Madrid y en diciembre la batalla de Teruel.

Además de colaborar en Solidaridad Obrera, la “obrera del arte” como se autodenominaba, publicó asiduamente en Tierra y Libertad y formó parte del equipo de la revista Umbral desde su fundación. En la redacción, conoció al artista José Horna, con quien compartió el resto de su vida. En este semanario es habitual en la portada y también en extensos reportajes interiores. Sus imágenes también forman parte del foto-libro ¿España? Un libro de imágenes sobre cuentos y calumnias fascistas editado por la oficina.

Toda su obra sobre la guerra se caracteriza por retratar la vida cotidiana, huyendo del canon fotoperiodístico, marcado por la búsqueda de la espectacularidad de la imagen del frente y por el terror. Prueba de ello son sus portadas en Umbral, retratos a toda página que protagonizan mujeres, ancianos y criaturas de rostro alegre. También fue durante su estancia en España cuando empezó a publicar fotomontajes, tanto en Umbral como en la revista Libre-Estudio. Hizo alguna colaboración esporádica en Mujeres Libres.

A mediados de 1938 viajó a París y no regresó. Tras la derrota republicana José Horna cruzó la frontera francesa y fue detenido en un campo de concentración. La fotógrafa consiguió su libertad y los dos emprendieron el viaje hacia México, donde se instalaron hasta el fin de sus días, sin abandonar sus frenéticas actividades artísticas y culturales vinculadas a la imagen.

Parte de su obra sobre la guerra está en el Centro Documental de la Memoria Histórica y se puede consultar en línea. También hay unos 500 negativos y copias en Amsterdam en el fondo CNT-FAI.