Estampa
A finales de la década de los veinte la revista Estampa, supuso la modernización del semanario gráfico de actualidad en España, siguiendo el modelo que se estaba imponiendo en Europa. Este magazine de información general nace a partir de un proyecto del que fue su primer director, Antonio González Linares, corresponsal de La Esfera en París desde 1925.
Por tanto, en primer lugar, Gónzalez Linares propuso a Prensa Gráfica S.A. la creación de una nueva publicación, claramente inspirada en la prensa francesa. La empresa rechazó la oferta y gracias al ingeniero de caminos Luis Montiel, propietario de unos talleres tipográficos, Estampa irrumpió en el panorama periodístico español con un éxito fulgurante.
Poco tiempo después Prensa Gráfica sacaba Crónica para hacerle la competencia directe y González Linares se incorpororó como director. Entonces cuando se hicieron cargo de Estampa Vicente Sánchez-Ocaña, que ya era el redactor jefe, junto con Luis Montiel.
El primer número ya establecía las bases de la personalidad del semanario: 48 páginas de presencia dominante de las ilustraciones ante el texto. Impresa en huecograbado, −técnica que en aquel momento ya se popularizaba en la prensa española− diseño novedoso y precio popular le otorgaron el favor del público de inmediato. Así, a los dos meses llegó a los 100.000 ejemplares de tirada; a los tres meses se incrementaba hasta los 150.000 y posteriormente se alcanzaban los 200.000, cifras solamente destinadas a los diarios de más circulación. Económicamente el proyecto se mantenía y crecía gracias a una extensa presencia de la publicidad, que ocupaba seis páginas.
Aunque al principio se apostó por dar importancia a los contenidos literarios, durante el primer año se optó por la información general sin descuidar una serie de secciones fijas (humor, moda, viajes, tauromaquia o deportes). Cabe destacar también las secciones “Instantáneas”, con quince fotografías escogidas por la redacción, o las “notas gráficas” de actualidad de las provincias, con 50 imágenes de diferente formato. La característica principal de Estampa fue la prioridad en el uso de la fotografía, con una media de un centenar por ejemplar. La información general siempre se ilustró con fotografías, mientras que en las páginas literarias, humorísticas e infantiles destacaron los dibujos. Cuando aparece en enero de 1928 lleva el subtítulo “revista gráfica y literaria de la actualidad española y mundial”, reducido después a “revista gráfica”, destacando así la voluntad visual de la publicación.
Durante los años de la República confirma su éxito y compite duramente con Crónica con contenidos muy similares, y también con los otros semanarios más veteranos Blanco y Negro, Mundo Gráfico y Nuevo Mundo. Tras el golpe militar de 1936 el personal de redacción, talleres y administración incautó la empresa y Estampa continuó publicándose apoyando al Frente Popular con claro predominio del ideario comunista a medida que avanza el conflicto, ofreciendo información de los frentes y la retaguardia, sobre todo la madrileña. Las páginas disminuyeron progresivamente por la falta de papel y el agosto de 1938 desapareció definitivamente.
[Fuente: Elaboración propia y Sánchez Vigil, Juan Miguel (2008): Revistas ilustradas en España. Del Romanticismo a la Guerra Civil. Gijón: Ediciones Trea.]